PARA LEER Y REFLEXIONAR SOBRE UN PROBLEMA QUE NOS AFECTA A LOS LASHERENSES
Perros y gatos fueron domesticados por el hombre hace miles de años , de un estado salvaje pasaron a ser animales de compañía, compartiendo vivienda y comida con el ser humano de quien terminaron dependiendo. Así perdieron su jerarquización natural y con ello su poder de autorregular el crecimiento poblacional.
Perros y gatos quedaron atrapados entre dos mundos: el salvaje y el humano, reproduciéndose en una tasa de patrón geométrico.
Una perra y sus descendientes pueden producir hasta 5430 cachorros en siete años, del mismo modo una gata y sus descendientes pueden producir hasta 509.100 crías en el mismo período.
Este apabullante cálculo matemático muestra el crecimiento inicial de estas poblaciones que si bien es condicionado por la capacidad de carga del hábitat provocando la muerte de millares de ejemplares cada año, igualmente genera un excedente visible en las calles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a la población canina en tres categorías de las cuales el perro de la calle es solo la punta visible del iceberg.
El perro que vive en la calle tiene una baja tasa reproductiva y un bajo éxito de supervivencia porque ante la falta de alimento la primer facultad que pierde es la de reproducirse, la hembra no logra tener celos fértiles ni entra en preñez.
Por el contrario el perro semi domesticado tiene una alta tasa reproductiva y una alta expectativa de vida y el perro domiciliado tiene una poderosa tasa reproductiva pero un altísimo éxito de supervivencia.
Ante este panorama se advierte que el perro de la calle no solo es el que menos incidencia tiene en la reproducción de ejemplares sino que en realidad es la consecuencia de un problema mayor: la reproducción descontrolada del animal semi domiciliado y domiciliado.
En otras palabras, el problema de fondo lo constituye el animal que hoy está en los domicilios, que se reproduce una o varias veces en su vida y que por estar bien alimentado tiene camadas numerosas con un altísimo éxito de supervivencia, lo que indica que cualquier esfuerzo por controlar al perro de la calle será en vano si no se ataca la verdadera causa.
ABORDAJES – SOLUCIONES
Se han intentado muchos caminos para solucionar el problema pero por distintas razones, todas han resultado ineficaces.
Por ejemplo, la matanza de animales, los anticonceptivos, la recomendación de aislamiento durante el celo, la vasectomía, la ligadura de trompas, el DIU, la castración química, los refugios, las adopciones, las castraciones a cuenta gotas, la limitación del servicio de esterilización de animales sin dueños o de dueños carenciados, el registro de identificación, las licencias o patentes y las multas.
La verdadera solución consiste en la implementación de un programa de control ético de la fauna urbana como política de estado. Para que esto sea posible es necesario el marco legislativo correspondiente que garantice la continuidad de esta política. El eje troncal lo constituye las campañas de esterilizaciones quirúrgicas acompañadas por sub programas de adopción responsable y difusión , en un trabajo conjunto entre estado , la comunidad y las organizaciones no gubernamentales .
Su meta final es lograr el equilibrio sobrepoblacional y el cambio de hábito de la comunidad.
FUENTE: ALMA (Asociación de Lucha contra el Maltrato Animal)
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