ACTUALIDAD PROVINCIAL –  Son miles de personas las que no asisten a trabajar y hasta viven en otras provincias, pero siguen cobrando un sueldo en la provincia y en diferentes municipios. Nadie se anima con ellos y se pierden millones de pesos por mes. Alicia y Giubetich se desentienden del tema*

Pareciera que pasa desde los orígenes desde la humanidad. En Santa Cruz la historia de los famosos “ñoquis” tiene larga data y se naturalizó tanto como la corrupción política que nos llevó al triste presente que vivimos.

Sin embargo, parecía que al menos en tiempos de crisis alguien podía animarse a tomar cartas en el asunto, aprovechando el ajuste que se pide desde Nación para empezar con quienes realmente merecen ese ajuste y son quienes no van a trabajar.

Tan simple como eso. ¿Alguien podría cuestionar a la gobernadora y a aquel intendente que despida con justa razón a quienes desde hace mucho tiempo no aparece por su trabajo, a quien “marca y se va” o a quien cobra, pero ni siquiera vive en esta provincia? Todo indica que no, pero acá nadie se les anima.

Otra teoría, también comprobada, es que la mayoría de los actores políticos tienen lo suyo, por aquella vieja y mala práctica de prometer puestos de trabajo en campaña y luego cumplir, concretando cientos de ingresos de personas que luego ni siquiera aparecen por su trabajo.

Entonces, por miedo o por complicidad, nadie hace nada y en Santa Cruz no sólo nadie se le anima a los “ñoquis”, sino que además cada año se incrementa la cantidad de personas que ingresan a diferentes municipios o a dependencias del Gobierno provincial.

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Sin ir más lejos, este año ingresaron más de 100 personas (Algunos dicen 200) a la legislatura de Santa Cruz. Sí, por lo menos 100 y hay una lista que comenzó a circular con nombres sorprendentes que parecen haber tenido “el gancho” político para conseguir trabajo cuando la Cámara de Diputados ya está colapsada de gente, entre la cual hay muchos que nunca aparecen por el lugar. Pero en Santa Cruz sigue la joda.

En este caso en particular, el diputado Santiago Gómez alertó la situación en Radio Nuevo Día, asegurando que “si quisieran ir a trabajar todos, no entran”.

Parece increíble, pero es totalmente cierto. Sólo en Santa Cruz puede pasar que la cantidad de empleados de una legislatura supere la capacidad física del edificio y no porque la situación lo amerite o haya una deficiencia estructural, sino porque ya no caben tantos “ñoquis” que fueron y siguen ingresando por los favores de los políticos de turno.

El mismo diputado fue quien advirtió días atrás que la legislatura de Santa Cruz tiene un Presupuesto mayor que el municipio de El Calafate.

“Se aprobaron 588 millones para el funcionamiento de un Parlamento, siendo solo 480 millones los que utiliza una localidad como El Calafate, sólo por dar un ejemplo”, advirtió señalando que la Cámara de Diputados de Santa Cruz  cuenta con 100 millones de pesos más que esa comuna.  Además, marcò  que si los empleados de planta permanente son más de 800 en la legislatura, mientras que en la municipalidad de El Calafate casi 500.

Claro que los números sólo pertenecen a la legislatura de Santa Cruz, sin contar ministerios y secretarías, donde las diferentes gestiones a nivel provincial, incluyendo a la actual de Alicia Kirchner, concretaron cientos de ingresos sin importarles absolutamente nada.

“HAY QUE VER A QUÈ  LLAMAMOS ÑOQUIS”
Esa increíble respuesta fue la que le ofreció el intendente de Río Gallegos a un periodista cuando le consultó por los ñoquis en la Municipalidad de Río Gallegos luego que Nuevo Día publicara declaraciones textuales del concejal Osvaldo Scippo, quien dijo días atrás, en Radio Nuevo Día, que desde el mismo municipio le informaron que “hay mil personas que fichan y se van”.
Sin embargo, hasta el momento nadie movió un dedo y las declaraciones de Scippo pasaron a ser sólo un escándalo momentáneo, como todo en la ciudad.

Sin embargo, un cálculo sencillo indica que el municipio pierde por mes más de 20 millones de pesos por esas mil personas que “fichan y se van” sin cumplir con tu trabajo, cobrando un sueldo sin actividad y ganando más de 20 mil pesos de promedio.

Entonces, parece que al intendente Giubetich en ese caso no le preocupan tanto las pérdidas de dinero de su municipio cuando desde Nación le están solicitando “ajustar las cuentas”.

“Yo le puedo asegurar que mil ñoquis no hay. Que hay, creo que sí”, dijo Giubetich.

 

“Yo le puedo asegurar que mil ñoquis no hay. Que hay, creo que sí. Creo que hay algunos que vienen, fichan y se van, que no trabajan. Por eso hay que ver cuál es la definición de ñoqui: Si alguien que no vino nunca o no viene, no hay mil ni de casualidad. Ahora, si hay gente que viene, ficha y se va a la casa o a otro trabajo, seguro que hay”.

Estas increíbles declaraciones pertenecen al intendente de Río Gallegos, Roberto Giubetich, en diálogo con el colega Diego Andrade, y no hacen más que confirmar lo perdido que está el intendente de la capital de Santa Cruz, quien, al igual que Alicia Kirchner, decepcionó totalmente con su falta de gestión a poco de cumplir dos años y medio al frente de su cargo.

¿Hace falta más que la confirmación del intendente para confirmar que hay ñoquis y que nadie se les anima? ¿Hace falta más que los datos aportados por un diputado para que alguien se anime a investigar al menos un poquito la cantidad de ñoquis, por ejemplo, en la legislatura provincial? ¿O será que esta historia nunca tendrá un final y veremos a concejales, diputados y funcionarios haciendo ingresar a sus amigos sin tener castigo alguno?

Santa Cruz tiene su cáncer y son los interminables “ñoquis” que ya nadie denuncia y que motivaron que en el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales hayan instalado una urna para que entre los mismos trabajadores se “delaten”, por la impotencia de ver cómo algunos trabajan todos los días, mientras otros “fichan y se van”.

Por ahora, todos parecen tener lo suyo a nivel municipal y provincial, y por eso nadie hace absolutamente nada, confirmando una vez más que por estos lados tenemos lo que nos merecemos. (FUENTE:   El Diario Nuevo Día)

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