*Marina Dal Poggetto, directora del Estudio Bein, critica cómo el Central aplica el esquema de metas de inflación. Qué hacer ante este problema cíclico que afecta desde hace años al país. Los problemas de una baja agresiva en el nivel inflacionario.*
El secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis, dijo que a la Argentina “le cuesta encontrarle la vuelta a la inflación”. Y se quejó de la “herencia desastrosa” y advirtió que el país “sufre el drama de la inflación desde hace 60 años”. La pregunta, entonces, es cuál es la política económica que dé en la tecla para que los permanentes procesos inflacionarios que cíclicamente afectan a la Argentina dejen de ser una enfermedad crónica definitivamente. Una visión de este tema la da Marina Dal Poggetto, directora del Estudio Bein.
¿Cómo se baja la inflación?
No hay herramienta única para bajar la inflación. La Argentina viene con una inercia inflacionaria en la zona del 25% anual hace diez años. Tiene pendiente una recomposición de precios relativos que arrancó con fuerza en 2016, pero que todavía sigue. O sea: tenés pautados de acá hacia adelante aumentos tarifarios cada seis meses y este año todavía no tuviste el de transporte. Además, hay un agujero fiscal en la zona del 4,2 del producto proyectado para este año, con lo cual solamente con política monetaria no bajás la inflación. Si bien la inflación es un fenómeno monetario, solamente con tasas de interés y con un Banco Central que no monetiza, no resolvés el problema de la dominancia fiscal. Es un problema bastante complejo.
¿Cómo hicieron en otros países que sufrían también de una alta tasa de inflación y que utilizan un esquema de metas, como hizo Federico Sturzenegger, titular del Banco Central?
Los países que han usado metas de inflación como mecanismo para bajar la inercia inflacionaria, todos han hecho las correcciones previamente. Los casos que usa de ejemplo en Central, que son los de Chile, Perú y el de Israel , en ninguno convivió la corrección de precios relativos con el esquema de metas de inflación. Primero se corrigieron los precios relativos, se corrigió el agujero fiscal, y recién a partir de ahí fueron al esquema de metas.
¿Por que el Gobierno está transitando el camino inverso de lo que usted explica?
Yo creo que se metió en un problema. Las metas de inflación son un problema en los niveles en los que las estás poniendo. Las metas de inflación sirven si venís con una inercia en la zona del 20 y pico, ponés una meta de inflación creíble y usas la meta para coordinar expectativas de inflación. Si lográs coordinar expectativas de inflación podrías llegar a conseguir que los agentes empiecen a negociar sus propios precios en función de las metas del Banco Central. Una vez que eso ocurre, vas logrando bajar la inflación a la meta. Ahora cuando vos pones una meta de inflación del 12 a 17%, y tenés en el medio una corrección de precios relativos que implica por sí sola entre 3 y 4 puntos de inflación; y la tenés concentrada en los primeros meses cuando venís de un año en el que el salario perdió contra la inflación; con un nivel de desempleo es relativamente bajo y sindicatos fuertes que negocian las paritarias, la verdad es que es muy difícil corregir precios relativos y poner la inflación en esa zona .
¿La meta es poco creíble?
No es que no te creen la meta, es que todo el mundo está intentando recomponer sus precios. Ahora cuando tenés una inflación del 9% acumulada en cuatro meses y en la zona del 10 y medio 11 en cinco meses, bueno estás en un problema. Porque si seguís sosteniendo la meta, el Central se va a ver obligado a poner tasas de interés muy altas, que te generan otro problema. Hay una inconsistencia, insisto, entre el desequilibrio fiscal de partida y la necesidad de corregir precios relativos, o sea, que en estos meses estuvo definido por la política.
Hay que reconocer que es difícil bajar la inflación rápidamente con el historial que tiene la Argentina, por más ansiedad que tenga la gente.
Vos tenes un problema de déficit fiscal y de dominancia fiscal. El gobierno anterior manejaba la dominancia fiscal monetizando el agujero fiscal. O sea , el Central le entregaba todos los dólares que hacían y el Tesoro le entregaba todos los pesos que necesitaba para financiar el agujero fiscal. La contracara de ese esquema de financiamiento era una inercia inflacionaria en la zona del 20 y pico y una demanda de pesos que se cayó a partir de 2012 y que el gobierno la manejó con el cepo. El cepo te permitía de alguna forma mantener el tipo de cambio anclado, moviéndose en función de los deseos del BCRA y, el simultáneo, la política mantenía congelada las tarifas de servicios públicos. Ese esquema no era sostenible, Había que cambiarlo. Ahora pasaste de una situación donde el gobierno anterior te decía que ninguna emisión monetaria es inflacionaria a un Banco Central que te dice que solamente manejando la cantidad de dinero a través de la tasa de interés puede frenar una inflación de recomposición violenta de precios relativos. El año pasado las tarifas agregaron entre 6 y 8 puntos a la inflación, depende del índice que se tome. Y este año sería entre 3 y 4.
Entonces, ¿cuál sería la forma de bajar la inflación a un nivel razonable?
No podés bajar la inflación en forma agresiva con el agujero fiscal que tenés. Vas a ir corrigiendo la inercia, Pero podrías haber puesto un esquema de metas de inflación más viables. Una caída muy agresiva en la tasa de inflación primero te requiere tasas de interés muy altas que te generan otros problemas en la economía, entre otros, el atraso cambiario dado que estás financiando la brecha de pesos con dólares del exterior. Pero además, una baja tan agresiva en la inflación, si la pudieras conseguir, te agudiza el desequilibrio fiscal porque la mitad del gasto público está indexado al pasado.
Parece una encrucijada que no tiene salida.
Las distorsiones que había en la economía argentina no eran sencillas. Pero no hay una receta única. (FUENTE REVISTA FORTUNA)
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