DOCUMENTO POLÌTICO
Los anuncios de Macri y Dujovne han reforzado la línea de agresión a los trabajadores con la que el gobierno nacional y los gobernadores provinciales intentan contener el derrumbe de un régimen político agotado.
En primer lugar, Macri convalidó la licuación de salarios y jubilaciones que implica la megadevaluación de la moneda con un dólar a $40. Esta desvalorización de los ingresos de toda la población trabajadora –que el acuerdo con el FMI agravó– viene siendo el primer recurso del ajuste oficial.
Un ajuste que ha sido reforzado, pacto fiscal mediante, por las paritarias a la baja que se han firmado en la mayoría de las provincias y que tiene como exponente a Alicia Kirchner, quien se ha valido del ataque a los salarios para generar superávit fiscal.
Basta con observar cómo mantiene congelado hace más de 2 años el salario docente y llama a paritarias para ofrecer un miserable 2% que deja a la mitad de la docencia por debajo de la línea de pobreza, o cómo ha firmado con las burocracias de los sindicatos de los empleados estatales una recomposición salarial que deja al cargo más bajo del escalafón $9000 por debajo de la línea de pobreza. Ni hablar de los sindicatos que aún no han sido llamados a mesa paritaria.
La reducción de ministerios constituirá la antesala de despidos masivos, mientras que el traspaso a las provincias del régimen de subsidios al transporte reforzará los actuales tarifazos, una política que Alicia Kirchner acompaña activamente al negarse a reglamentar el boleto estudiantil gratuito que es LEY hace años producto de la lucha estudiantil.
El gobierno buscó encubrir estas agresiones detrás de los anuncios sobre retenciones a las exportaciones agrarias y otras, con el argumento de que “pagarán los que más tienen”.
Pero los capitalistas exportadores que serán gravados son, al mismo tiempo, los grandes beneficiarios del dólar a 40$. A su turno, los impuestos a la exportación –como ya ocurriera con el kirchnerismo– serán aplicados al pago de la deuda pública usuraria.
Macri-Dujovne han presentado a la eliminación del déficit corriente del Estado argentino como la llave segura para una estabilización económica.
Y fundamenta el nuevo ajustazo con la cantinela que “los argentinos gastamos más de lo que podemos gastar”. Lo que el gobierno oculta es que, por lejos, la principal razón del déficit del Estado es la carga brutal de la deuda pública, ello, mientras los argentinos vivimos con menos de lo que necesitamos para llegar a fin de mes. Lo prueba que en los primeros siete meses del año, los intereses de la deuda fueron cinco veces más que el monto del déficit corriente. Como resultado de la devaluación, la deuda argentina representa ya el 80% de su producto bruto y el 80% de esa deuda está en dólares, lo cual constituye una carga explosiva.
Ninguno de los anuncios resuelve, por otra parte, las contradicciones cada vez más graves del programa oficial. Entre ellas, la que emerge de un régimen de tarifas dolarizadas, el cual, con la devaluación ya ocurrida, está llevando a las gasíferas a reclamar un tarifazo del 100 al 200%. Si el gobierno lo convalida, reforzará la repulsa y reacción popular contra su régimen.
En su discurso, Macri saludó a la oposición pejotista por su “colaboración” con el presupuesto de ajuste 2019.
En estos arreglos, es parte la gobernadora Alicia Kirchner, que aplica un ajuste feroz en Santa Cruz. Pero también la cúpula de la CGT, la cual, tras resolver el paro, fue a asociarse con Pichetto y Massa.
El Partido Obrero denuncia la complicidad de esta pseudo-oposición con la política oficial, a la cual, más allá de las denuncias difusas, sostienen en su núcleo: el reconocimiento de la deuda externa usuraria, y el pacto con el FMI para sostener su pago a cuenta de la miseria de las masas, las paritarias a la baja, el robo a los jubilados y los despidos masivos públicos y privados.
En definitiva, son los partidos que representan a una clase capitalista –la clase de los cuadernos, el régimen de coimas y sobreprecios– cuyos fondos afuera del país superan toda la deuda externa argentina.
Asistimos a un nuevo episodio de la crisis económica y política del macrismo, que coloca con mayor fuerza el desafío que hoy afronta la población trabajadora: o sobrevive el régimen del FMI, de entrega nacional, tarifazos y devaluación permanente, o sobreviven las reivindicaciones más elementales de trabajadores y jubilados, la defensa del salario y el derecho al trabajo.
Que se vaya Macri y el régimen corrupto de kirchneristas, macristas y pejotistas, es condición de una salida a favor de los trabajadores.
Ante la crisis, el Partido Obrero plantea que una Asamblea Constituyente Libre y Soberana asuma el poder político y adopte las medidas urgentes para terminar con la sangría del país: desconocimiento de la deuda usuraria, nacionalización de la banca y el comercio exterior, nacionalización del transporte y la industria energética.
Es necesario que los trabajadores impulsemos esta salida por medio de nuestra intervención y de nuestra lucha.
En este sentido el curso votado por el Plenario Provincial de Trabajadores, convocado por los sindicatos y la CTA-A, cobra una importancia central en la escena provincial y es por ello que llamamos a parar y a movilizarnos el jueves 6 de Septiembre contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores.
La decisión del Plenario Provincial de Trabajadores de Santa Cruz de organizar un Plenario Patagónico de Bases aproxima a la construcción de un movimiento obrero independiente.
En la marcha del 6 exigiremos a la CGT y a las CTAs nacionales, que adelanten el paro previsto para dentro de tres semanas, ya que claramente no se corresponde con una crisis cuya marcha –y ataques a los trabajadores– se cuentan por horas.
Vamos por un inmediato paro activo nacional de 36 horas, con movilización mediante abandono de los lugares de trabajo, como preparación de la huelga general.
Por un salario equivalente a la canasta familiar y la indexación de los salarios; ningún despido; duplicación de la AUH y de los programas sociales; aumento de emergencia a los jubilados hasta cubrir el costo de la canasta del adulto mayor; 82% vital y móvil.
Para forjar este rumbo, necesitamos un Congreso de delegados mandatados por las bases de todas las centrales obreras y sindicatos, para reunir todas las energías de lucha de los trabajadores y un programa de los trabajadores para que la crisis la paguen los capitalistas.
Comité Provincial del Partido Obrero Santa Cruz
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