Ante el fiscal Stornelli, el exfuncionario K aseguró que “por orden del ministro de Planificación” tenía que recaudar 150 mil dólares por mes. También involucró a Cristina.

La causa del cuaderno de las coimas tuvo una de las declaraciones más importantes desde que se desató el caso. Hasta ahora eran empresarios los que se “arrepintieron” y dieron datos sobre el entramado de corrupción que había dentro del Gobierno K. Pero ahora, Claudio Uberti, el extitular del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) y hombre del seno de Julio De Vido, potenció frente el fiscal Carlos Stornelli la sospecha de que el traslado de bolsos llenos de dinero fue ideado desde lo más profundo del poder. Y no fue todo: también acusó a Néstor y Cristina Kirchner de estar “al tanto” de los movimientos que se hacían.

De la declaración se desprende otro elemento: Néstor Kirchner, según las palabras de Uberti, ejercía el poder en forma violenta con sus funcionarios directos. Por ejemplo, recordó un episodio que, según sus palabras, habría ocurrido en Madrid cuando uno de sus colaboradores se retrasó en llevarle los diarios. Entonces, le pidió a su secretario privado que le pegara tres trompadas.

Uberti se transformó en “imputado colaborador” y agravó la situación de Cristina Kirchner al afirmar que fue testigo de cómo ella vio los bolsos y valijas repletos de dólares producto de irregularidades. “Néstor y Cristina estaban al tanto de lo que yo hacía”, fue lo que comentó ante Stornelli.

El exfuncionario aparece mencionado en varios tramos de las anotaciones de Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta. En uno de esos textos figura como el dueño de una propiedad adonde el ex número dos de De Vido iba a retirar la plata de los sobornos.

Con lujo de detalles, Uberti señaló que una cafetería sobre la calle Libertador, en Palermo, era “el centro de operaciones donde los empresarios pasaban por ahí, le dejaban el bolso debajo de su mesa, hablaban y se iban”.

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También apuntó a Julio De Vido y al matrimonio presidencial. “El encargado de comunicarme mis tareas fue el ministro de Planificación Julio De Vido; debía recaudar 150 mil dólares por mes de cada una de las empresas. Las entregas se hacían en el despacho presidencial de la Casa Rosada o en la Quinta de Olivos. También en el domicilio de De Vido. Cristina estuvo presente y sabía todo lo que se hacía. Néstor dijo que ella estaba construyendo y necesitaba plata blanca”, lanzó.

El exfuncionario detalló algunos hechos violentos de Néstor Kirchner, de los que fue testigo. En una oportunidad comentó que le entregó un bolso y le contó al expresidente -al que se refiere con un sobrenombre- que habían pagado con pesos: “Empezó a pegarle patadas al bolso y volaron los billetes por el despacho. El malo (Néstor Kirchner) tenía esos modales. Me maltrataba mucho. Un día se dio vuelta en un avión y me pegó, sin razón aparente”.

Luego contó lo que le ocurrió a Rubén Zacarías, el jefe de Protocolo. “En Madrid se molestó con Zacarías porque habían llegado tarde los diarios. Lo miró a Daniel Muñoz y le pidió que le diera tres. Muñoz se paró y le dio trompadas que lo dejaron en el piso. ‘Esto es para que sepas qué le pasa a los traidores’, exclamó Kirchner al aire”, reveló Uberti.

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