DOCUMENTO  POLITICO

La paritaria de ayer demostró lo que todos imaginábamos. Al Gobierno de Alicia Kirchner, al que a fin de año le van a sobrar mil quinientos millones de pesos, no le interesan los trabajadores ni la educación en lo más mínimo.

Es claro que el gobierno tiene plata y hace el mayor esfuerzo posible por pagar salarios de pobreza. Los que dicen defender la educación en Santa Cruz, son sólo una correa de transmisión de los intereses del gobierno que está decidido a que la provincia se mejore sus números sobre la base de ajustar solo a los trabajadores.

Tres años poniendo el lomo solo los trabajadores.

La mentira de que todos perdemos para que la provincia salga de la crisis no se la cree nadie.  Los únicos que venimos poniendo el lomo somos los trabajadores, mientras los funcionarios se dan aumentos acordes a la inflación y las grandes empresas siguen sin afectar sus ingresos.

Le exigen a la docencia que con salarios de pobreza  sostenga la educación, mientras los funcionarios no ponen el ejemplo cobrando salarios similares a los de los trabajadores de base o, lo que es peor, mientras las petroleras, mineras y pesqueras mejoran sus márgenes de ganancia y no se les exigen poner un peso para sostener a la educación o la salud.

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Ni hablar de los grandes comercios como el HiperTehuelche o La Anónima que trasladan todos los costos de la inflación a precios y venden productos cada vez menos accesibles y nadie les pone un límite.

A los estudiantes y sus familias

El Gobierno se rasga las vestiduras en nombre del derecho de los chicos a estudiar y dilata la paritaria constantemente.

Bajo la lógica de pelear para darle la menor recomposición salarial posible a los docentes, genera que se ingrese en un estado de conflicto que hace crecer los paros y medidas de fuerza.

Tienen la plata y las herramientas para sacar a los docentes de la línea de pobreza, mejorar el sistema educativo y garantizar el ciclo lectivo.

Es hora de que toda la comunidad educativa exija que el gobierno invierta en educación con trabajadores que lleguen a fin de mes, escuelas en condiciones y más jóvenes y adultos integrados al sistema de educación formal. Para eso, es necesario que los grandes vaciadores de la educación, Cecilia Velásquez e Ismael Enrique, renuncien y conforme un Consejo autónomo con representación de docentes, familias y estudiantes.

Vamos por un congreso de trabajadores para organizar un plan de lucha que defienda el salario y la educación pública

Tribuna Docente

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