La Oficina Anticorrupción presentará el lunes una nueva denuncia contra el ex Ministro de Planificación por una obra inconclusa en Santa Cruz.
Una de las coartadas favoritas del ex ministro de Planificación Julio De Vido en las causas por corrupción es decir que la responsabilidad fue de sus subordinados y que él no firmó los contratos cuestionados. Por primera vez, se encontró la firma de De Vido en un polémico contrato para la construcción de un gasoducto en Santa Cruz por 218 millones de dólares.
El contrato se negoció sin licitación pública, sin auditorías y “con sobreprecios” en las últimas semanas del gobierno de Cristina Kirchner. Además, se le entregó a la empresa BTV un adelanto de 70 millones de dólares el 2 de diciembre del 2015 sin que la obra, hasta el momento, haya comenzado, entre otras irregularidades. Es decir, 8 días antes de entregar el poder al gobierno de Mauricio Macri. El resto de los 218 millones no se alcanzaron a entregar porque el entonces ministro de Energía de Cambiemos, Juan José Aranguren ordenó frenar los pagos.
Por estos y otros “agujeros negros”, la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, denunciará el lunes ante la justicia federal a De Vido, al ex gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, a los ex secretarios de Energía Daniel Cameron y Mariana Matranga, al ex titular del ENARGAS, Antonio Pronsato y al presidente de la empresa BTU, Carlos Mundin. La denuncia incluye a los ex miembros de Nación Fideicomisos Enrique Arceo, Gabriel Camilletti, Daniel Celestino Fernández, Roberto Mandolesi, Daniel Moreno, Patricia Finvarb, Marias de las Mercedes Archimbal, Cecilia Carabelli, Federico Marongiu, María Suárez Villabona y Federico Casanovas y a los directivos de la empresa estatal Distrigas Oscar Riego y Segundo Santana.
La empresa BTU ya había sido investigada, como subcontratista en las causas Skanska y Odebrecher. Su titular Carlos Mundín había contestado por entonces que “nosotros no pagamos coimas y no presentamos sobreprecios. Y acá nos ven: no somos una empresa fantasma. Tenemos 120 empleados, 25 de ellos ingenieros”.
En la denuncia de la OA, adelantaron a Clarín fuentes del gobierno, se afirma que “se aumentaron injustificadamente los precios de la obra, alteraron las condiciones de los mecanismos de financiamiento y autorizaron pagos totalmente ilegales, en su propio beneficio y en detrimento del patrimonio estatal”.
Las obras en cuestión tenían como objeto el abastecimiento de gas natural a 2.500 usuarios de pequeñas localidades del norte de la provincia con el fin de sustituir el consumos de gas licuado propano por redes (GLP) por gas natural y evitarle así al Estado Nacional el pago de subsidios a perpetuidad que hacía del precio a granel del gas propano.
El proyecto original consistía en un paquete de obras que debían contar con un mismo financiamiento y se dividió en 3 etapas que abarcaban distintas localidades de la provincia de Santa Cruz. Se aclaró desde un inicio que, debido a las extensiones del territorio y la densidad de población, algunas partes eran más rentables que otras que no lo eran, como la etapa 3 sobre la que versa la denuncia.
En cuanto al supuesto fraude, la OA sostendrá que “desde su inicio, las partes dispusieron cambios en el proyecto original que implicaron una alteración de su objeto, un aumento injustificado de precios y alteraciones en las condiciones de emisión de los instrumentos de financiamiento que tuvieron como objetivo defraudar al Estado Nacional y beneficiar a quienes formaron parte de la obra”.
Las fuentes comentaron que, tras las renegociaciones, el nuevo valor base del contrato en la etapa III, medido en dólares, “fue 771 % mayor que el monto consignado en el Contrato de Fideicomiso y en el Contrato de Locación de Obra de 2005”.
“La razón del escandaloso aumento fue el resultado de las sucesivas actualizaciones, sobreprecios y cambios en el proyecto original que fueron producidos por Distrigas y autorizados por ENARGAS de manera fraudulenta”, comentaron las fuentes.
La irrazonabilidad en el incremento del precio final de la obra que se fijó en 2015 también se ve al realizar una comparación del precio en dólares por pulgada-metro presupuestada por ENARGAS en otros proyectos lo que demostraba importantes sobreprecios en la Etapa III.
Comparado Santa Cruz Etapa III con cuatro proyectos anteriores en la provincia, el monto fue “6000 % superior al proyecto Daireaux (60 veces más), 2500 % superior al de Gasoducto Patagónico, 1000 % superior al de Etapa I y 600 % superior al de Etapa II”.
En Comodoro Py se dice que fue el contrato “más rápido de la historia argentina” porque el gobernador Peralta envía una nota De Vido el 15 de agosto de 2015 pidiendo los fondos para Etapa III por 3.280 millones de pesos. Al día siguiente firman Peralta y De Vido el Convenio específico “no reintegrable” por esos 3.280 millones.
El 2 de octubre Peralta pide a De Vido el primer desembolso por 984 millones que se paga el 2 de diciembre de 2015 sin ningún tipo de avance de obra, sólo a modo de anticipo. Esos 984 millones ingresaron al fideicomiso y éste le pagó a BTU 974 millones.
Luego Peralta pide el segundo desembolso el 20 de noviembre de 2015 presentando como respaldatorio el “primera certificado de avance de obra” que contenía solo la “ingeniería de proyecto y acopio de materiales” que eran de 2008 y certificaba un escribano chileno.
Para la OA hubo sobreprecios en, por ejemplo, la proyectada movilización para llevar los equipos al norte de Santa Cruz.
Este ítem fue presupuestado “globalmente” en la suma de U$S 8.701.791 “sin haberse aportado copia del presupuesto desagregado y desconociéndose como se hizo la estimación de un valor derivado de un proceso de evaluación propio”.
Otro fue en el rubro “equipos y herramientas menores y carpas para soldar” al que se le asignó U$S 948.008 a razón “de 17.775 U$S/carpa-mes” sin proporcionase detalles del cálculo. – “Mucho más caro que una carpa en la Bristol en plena temporada”, dijo con ironía una fuente judicial. FUENTE: CLARIN
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